Las mascotas son mucho más que esa simple palabras, ellos son parte de nuestra vida, de nuestra familia, nuestros confidentes, mejores amigos y muchas más cosas que las palabras no puede describir. La compañía y amor incondicional que nos brindan es incomparable, pero toda vida tiene un final y el de ellos también es igual.
Esta triste, pero hermosa historia es sobre una abuelita de nombre Dorothy y la gatita que le regalo su nieta Jill, cuyo nombre era Gabby. Jill es una chica amante de los animales y toda su vida la paso junto a estas criaturitas, pero un día decidió que era hora de llevar este amor a más integrantes de su familia, por lo cual decidió regalarle una gatita a su abuela.
La conexión entre Dorothy y la gatita, Gaby, apareció de manera inmediata, como si el destino se hubiera hecho cargo de juntarlas como si de almas gemelas se tratara. Esto fue muy bueno tanto para Gaby como para Dorothy, especialmente para la abuela, ya que el vacío que había dejado el fallecimiento de su esposo necesitaba ser llenado con alguien más.
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Las compañeras que abandonaron este mundo el mismo día
La gatita llegó a manos de Dorothy cuando apenas era joven, pero desde el primer momento ambas se dieron cuenta que estaban destinadas a estar juntas. El amor que nació entre ellas fue espectacular y es que durante muchos años pasaron su vida juntas, entre mimos, caricias, juegos y una grata compañía, todo pintaba de manera perfecta.
Sin embargo, la edad siempre termina pasando factura, tanto en las personas como en las mascotas. Cuando Gabby cumplió 15 años de edad, el veterinario le dijo a la familia que la gatita no iba a resistir mucho tiempo más, ya que la edad era un factor determinante en los gatos, pero Dorothy no la dejó ni un momento sola y siempre la ayudó en todo.
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Como era de esperar, la gatita no tardó mucho en cumplir las palabras del veterinario y la terrible noticia llegó. Gabby había muerto a los 15 años y quien más sufrió este golpe era sin duda Dorothy. Resignada y con los ojos llorosos se dirigió a su casa junto a su familia para tomar un descanso del dolor que significó la partida de su mejor amiga.
Sin embargo, el destino parecía estar confabulado para que las inseparables amigas lo sean para toda la eternidad. En el momento que Dorothy regresó a casa decidió tomar una siesta para recuperar energías; sin embargo, esa siesta fue eterna, ya que momentos más tarde su familia se dio cuenta que ella había fallecido mientras dormía.
Gabby se había ido de este mundo y con tan solo 4 horas de diferencia, su mejor amiga Dorothy, había seguido sus pasos. Quien se encargó de dar a conocer esta historia fue su nieta, quien le regaló a Gabby, pese a ser una historia triste es bastante linda de recordar.
